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Hemos elaborado una serie de rutas para realizar partiendo desde el Hotel, pensando en su comodidad y facilidad de recorrido.

Esta ruta comienza en Alquezar. Es un recorrido muy senderista que discurre entre barrancos y altozanos desde donde se disfrutan magnificas vistas de la Sierra de Guara y del Cañón del río Vero hasta llegar al ciervo de Chimiachas, dentro del barranco de Chimiachas.
Partimos de Alquézar, y siguiendo la ruta de Barranco de Chimiachas llegamos a las Balsas de Basacol, hasta hace unos años estas balsas abastecían de agua a los vecinos de Alquézar. De aquí provenía el agua para beber las personas, animales y también para regar los campos.
  
Una vez en las balsas de basacol, realizado el primer tramo del recorrido, se recomienda un breve descanso y retomar fuerzas. El entorno es cuando menos peculiar, unas balsas, la de arriba y la de abajo, rodeados de matojo bajo, romeros, aliagas, etc..., hacer mención del esconjuradero, sencilla edificación de piedra cuyos arcos se orientan a los cuatro puntos cardinales, en estos espacios mágicos sé “esconjuraban” las tormentas de granizo, mediante rituales y oraciones. Se creía que eran provocados por las brujas.
Reiniciamos la marcha en dirección a los Abrigos de Quizans Dejando atrás las balsas seguiremos por la pista, una vez en el collado (con unas buenas vistas del Río Vero y de los paredones de Las Clusas). La senda nos lleva a seguir una pista, de la cual nos desviaremos poco después para tomar una senda a mano derecha que nos conducirá a la senda marcada como Quizans.
Durante el trayecto encontramos unas pequeñas construcciones de piedra inspiradas en las viejas casetas de pastor típicas de la sierra de guara, que nos pueden ayudar a orientarnos en algunos tramos del recorrido y también para guarecernos del mal tiempo ya que están en perfecto estado.
  
Una vez en Quizans encontramos unas pinturas rupestres de gran valor. Retomamos la senda de ascenso y continuar por ella hasta el Tozal deros Tiestos, a partir de aquí todo el camino en descenso hasta llegar a un bosque de pinos que desemboca en el barranco de Chimiachas, la sombra que nos cobija se agradece ya que el sol nos ha hecho sudar durante el trayecto, cada vez se cierra mas el barranco hasta llegar a una bifurcación donde el barranco continua recto y a nuestra derecha y para arriba, nos encontramos con una enorme piedra que ayudándonos con las manos un poco nos da acceso al covacho de Chimiachas donde admiramos la pintura rupestre del ciervo.

Estas rutas, son para usted, disfrútelas amigo.